martes, 17 de noviembre de 2009

¿Y por qué tras la última esquina?



Hola a todos!!


Pues es que siempre me ha gustado el rollito este bohemio de dejar para el mundo todas esas genialidades de ayer y hoy que se le pasan a uno por el melón. Así que después de leer de vez en cuando esas genialidades en mis amiguitos, he decidido que yo también quiero ser genial ;)

He de reconocer que no me creo ni especialmente ingenioso, ni especialmente dotado de artes literarias, ni siquiera estoy muy seguro de tener un buen producto que ofrecer. Pero no puedo dejar de lado la palabra de Dios, en la parábola de talentos, cuando nos pide que demos lo que tengamos por Él. No lo que nos sobre, no: lo que tengamos. Y Él se encargará de devolvernos hasta que nos salga por las orejas. Así que a partir de ahora, allá van mis reflexiones y un cachito de mí, por si a alguien le vale para algo. Como mínimo que valga de alabanza al Señor.

Y para empezar, pues quisiera explicar el por qué del nombre. Vereis...

En mi vida siempre he hecho un poco lo que me ha dado la gana. Incluso después de encontrarme con el Señor. Y claro, aquello estaba abocado al fracaso, cuando ni siquiera era consciente de lo que hacía. Y el darme cuenta de esto fue tan doloroso como purificador (lo cual suele ir de la mano en un peligroso número de ocasiones). Más bien el dolor lo había pasado antes, y me di cuenta de mi error de repente. Pero un dolor causado por mi infidelidad a Dios, no por mi "desgraciadíiiiiiiiiiiiisima" crisis personal (de la cual ahora, la verdad, me río bastante, aunque en su momento no me hiciera ni pizca de gracia).

¡Que me enrollo! El momento en el que me di cuenta de mi error fue mediante una imagen que jamás olvidaré: sentí cómo toda mi vida había ido andando por un laberinto (que no de emergencia ;) ), en el cual Dios iba detrás de mí, persiguiéndome. Y yo sabía que estaba ahí. Y de vez en cuando hasta me giraba para decirle algo, pero seguía mi caminar. Un caminar frenético hacia el corazón del laberinto. Sin encontrar la salida, aunque como Dios estaba detrás, no pasaba nada...

Y hete aquí, que doblo una esquina, y no puedo continuar. Una pared se alza ante mí. Estoy atrapado! Si os lo imaginais, es un momento de angustia, pero también es un momento de total intimidad, puesto que si estoy atrapado es porque no hay más caminos para llegar ahí, o sea que sólo podemos estar Dios y yo solos. Y es ese el momento en el que me doy la vuelta, arrojo mi coraza a los pies del Señor, me arrodillo delante de Él y le digo "se acabó".

Sólo me salió eso. "Se acabó".

Pero no que se acabó porque es el final, sino que se acabó el correr delante de Dios, de no dejar que me alcance, de tenerle en cuenta sólo a veces, de ser sólo un amiguito más, por muy importante que fuera para mí. Le di la mano, y Él me la cogió. Y con su otra mano derribó el muro, y pudimos salir los dos. Juntos. A mi lado, o mejor dicho, con Él delante, llevándome de la mano...

Ni qué decir tiene que desde ese momento mi vida ha cambiado, pero que he vuelto a decir a Dios que me deje un rato campar a mis anchas, con la subsiguiente castaña para mi cuerpo. Pero ahora sé que yo no quiero otra cosa que no sea ser santo. Y lo quiero ser!!!

"Tras la última esquina..." sólo pretende ser un rincón en el que estés a solas con Dios, que mi vida o mi rayada del día sean ocasión para tí para que dobles la esquina que te lleve a tu zulo, a tu intimidad con el Señor, para que dejes que Dios te acaricie y vuelvas a respirar, a tener vida, y vida en abundancia.


Queda abierto al mundo el post número 1 del blog "Tras la última esquina..." de la Diócesis de mi ordenador. De colores.

Que el Señor te siga bendiciendo.

Álex Dei


2 comentarios:

  1. Bienvenido a la blosfera! Espero que pongas más entradas que yo, porque si no...

    bienvenido!
    un gran abrazo, from

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  2. Aaaaaaaaaaaaaaa, qué ilusión que te unas a esta evangelización en la red!!!
    Wellcome!!
    I'm looking foward read your posts!!!

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